Ha sido en el Valle de Benasque, un paraje idílico rodeado
de naturaleza y tranquilidad, ideal para relajarse dibujando.
Las jornadas comenzaron el viernes por la tarde con la
conferencia de Enrique Flores. Habló de la obra de otros cuadernistas, enseñó los libros que ha ilustrado e hizo viajar a todos con sus trabajos por los
países que ha visitado. Asombró con su gran experiencia, consiguiendo que los
asistentes rebosaran de entusiasmo y se aventuraran por el valle de Benasque deseosos
de comenzar sus cuadernos.
El sábado, el día se inició con la ponencia de Alfredo. Su discurso
lleno de grandes historias sobre sus inicios, sus paseos por New York dónde no
le dejaban dibujar pensando que era un vagabundo y sus experiencias entrañables
emocionaron al público asistente que luchó por contener las lágrimas. De nuevo
con espíritu renovado todos fueron a capturar momentos y rincones en sus
cuadernos, esta vez por el Parque
Natural Posets-Maladeta.
Por la tarde Pepe Cerdá dibujo con sus palabras la historia
de la ilustración y el origen de la pintura. Habló de símbolos y sobre el
paralelismo que podemos establecer entre la inocente mano de un niño que se
pone a dibujar y como estos cuadernos de viaje sirven para volver a esos
instantes olvidándonos de todas las perversiones adquiridas con los años.
Recordó a todos que cualquier cosa es susceptible de ser
pintada e interpretada y que dónde menos te lo esperas surge la belleza.
Nuevamente inspirados los dibujantes fueron a buscar la lindeza de la
trivialidad para plasmarla en sus hojas.
El domingo las instantáneas se tomaron por los alrededores
de La Asociación Guayente y en la propia asociación. La práctica
adquirida por los alumnos durante los días anteriores se plasmaba claramente en
las últimas ilustraciones. Cuando los trabajos estuvieron finalizados se
tomaron fotografías con todas las composiciones juntas, donde los diferentes
estilos compilados realzaban aun más la labor individual apreciándose el modo
de trabajo de cada uno. Humor, belleza, vacas, ternura, relax, flores, montañas,
gente, bichos, paseos, soledad y miles y miles de conceptos atados en unas
hojas.
El tiempo fue perfecto, el sol brillaba y la gente se
escondía bajo sus sombreros. Los profesores muy cercanos ayudaban a
todos a inspirarse y los momentos de encuentro estaban llenos de anécdotas y
curiosidades. Ha sido un fin de semana “frondoso como un árbol” ;)
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